Siempre que se busca quienes han sido los actores más destacados de la Moda nacional viene directamente a nosotros cualquier información sobre Carolina Herrera y Ángel Sánchez, quienes efectivamente han aportado gran valor al diseño local. Pero sin embargo, hay otros representantes maravillosos quienes han decido hacer carrera en Venezuela, aportando cada uno desde su especialidad el desarrollo de este oficio. Es por ello que nace, esta serie de artículos que buscan por medio de tertulias y conversaciones conocer en persona a estos protagonistas llenos de experiencia y talento pero sobre todo con un encanto especial que se nota en cada palabra cuando hablan con mucho orgullo de la moda criolla.
Mi primer contacto con Abdon Ortiz, fue por medio de Facebook; me escribió un mensaje directo felicitándome por el artículo “Las Mañas del Venezolano en la Moda” que desarrollé ya hace varios años. Para mí fue un verdadero placer leer sus palabras ( de verdad no lo podía creer) ya tenía referencias de él, por su trabajo y fue un honor saber que le gustaba el mío.
De inmediato establecimos contacto, y programamos una cita para entrevistarlo. Mi primera impresión al conocerle era la de un hombre lleno de elegancia y buen gusto con una sonrisa maravillosa que delata toda la sencillez de quien tiene grandes conocimientos sin mezquindad de compartirlos.
Nos sentamos y comenzamos como dos personas que se conocen desde hace mucho tiempo a conversar de todo lo que acontece en nuestra profesión. De inmediato empezó a relatar su historia; quedando totalmente encantada como una niña cuando escucha su cuento de princesas favorito, pero en este caso el palacio es un taller de costura, los maravillosos vestidos fueron creados por Abdon, el príncipe es el Diseño y el final está aún por escribirse.
Este maravilloso personaje, siempre quiso ser Diseñador de Moda, desde pequeño tuvo encanto y fascinación por crear. Se gradúa de bachiller en la etapa más prospera del país lo que conocemos como el mito de la Venezuela Saudita, soñando con estudiar en el prestigioso Instituto Parsons en Nueva York convenciendo a una familia entera para lograr su objetivo, pues para ese entonces aquí no existían escuelas donde pudiese cursar estudios.
Sin embrago ocurre un hecho que marcó muchas vidas el conocido “Viernes Negro” en 1983 se devalúa la moneda existe un alza en el precio del Dólar trayendo como consecuencia un impacto económico para ese entonces sin precedentes en el país.
Abdon recibe la gran noticia “No puedes irte a estudiar te quedas”. Estando vinculado familiarmente con los fundadores del Instituto Universitario de Diseño las Mercedes que para ese entonces dictaban clases de decoración decide incursionar allí.
Pero inmediatamente, se presenta en esta escuela la oportunidad de arrancar la carrera de sus sueños; es el quien apoya la decisión, ruega, implora y se hace realidad lo que tanto anhelaba, dando inicio de esta manera la formación de la primera promoción de Diseñadores de Moda en el país, por supuesto ya sabemos quién fue el primer inscrito.
Todos los profesores para ese entonces habían cursado estudios en el extranjero“Tuve profesores maravillosos. En textiles Lily Gitellman, en color y fundamentos Evelia Hafner” “Teníamos un alto nivel de exigencia por parte ellos” comenta Abdon Ortiz.
Así mismo la premisa era “Me das lo mejor que tienes o te vas”de esta manera aprende el compromiso que lleva estudiar diseño. En 1987 egresa obteniendo “Dedal de Oro y Dedal de Plata” reconocimientos que aún al recordarlos emana de sus ojos un brillo de orgullo, de quienes trabajan mucho por sus sueños.
Aquí se abre una nueva etapa en su vida y como el mismo dice “Con delirios de grandeza” y el ánimo de comerse al mundo “Me sentía que era el mejor diseñador, hasta darme cuenta que solo era un muchacho recién graduado, falto de experiencia, con un gran ego”
Pisando tierra, decide ingresar a trabajar en la industria textil/moda que para ese momento se encontraba en pleno apogeo. Desarrollando colecciones para Kiss y sus marcas hermanas, “llegamos a producir al mes 12.000 piezas, y en temporada alta hasta 25.000”, un trabajo maravilloso, dándole la oportunidad de conocer en primera persona como es el sistema de trabajo a gran escala, viajó a las ferias más prestigiosas del mundo, lo que le permitió estar en contacto con las tendencias y tecnologías del momento.
Posteriormente, comienza a experimentar con piezas a la medida, desarrollando gran variedad de trajes de noche, novias y cualquier infinidad de diseños que llevan su sello personal. Hasta que un amigo le propone dar clases de historia de la moda y dice: ¿Por qué no?
“Estaba obstinado de las clientas y me metí en algo peor trabajar con alumnos” (muchas risas)
“Comencé con 4 horas semanales y poco a poco me fui involucrando y me dí cuenta que me encanta la docencia. Tengo más paciencia con los alumnos que con las clientas y bueno, aquí estoy dando clases hace más de 9 años”
Aunque he podido percibir que es un amante empedernido de los libros, le encanta estudiar, hay veces que hablando me ha comentado “Soy un nerd” yo digo “Un nerd pero adorablemente fashion”
“Cuando haces un diseño y se lo confeccionas a la clienta que no tiene la silueta soñada, y se lo pones; verla sentirse bella; que la gente le diga ¡que bien te ves!: Valió la pena me siento satisfecho. Pero me da mucha más satisfacción cuando a los años veo a mis alumnos y dicen: ¿Te acuerdas lo que nos dijo el profe Abdon? O cuando te agradecen lo que aprendieron en clases. Lo descubrí tarde pero sigo trabajando en eso”
“No quiero nada con clientas, me regañan, me critican, que lo haces muy bien ¡Pero no! Me encanta dedicarme a la parte docente y eso si me apasiona”
“A lo mejor mañana cambio de opinión; así somos los creativos ¿Cierto o falso? Y comienzo a producir otra vez”
Hace pocos días estuve con el Pofe Abdon en un evento al concluir era increíble ver como los ex alumnos ya muchos con su propio camino lleno de éxitos se le acercan con tanto cariño y gritarle el conocido “PROFEEEEE” su cara se llena de felicidad.
He tenido la oportunidad de ver sus apuntes, meticulosamente ordenados, sus libros perfectamente dispuestos para dar sus clases.
Siento que nuestra profesión da para mucho pero nada tan inmensamente meritorio como dedicarse en cuerpo y alma a dar clases. No estudie con el pero me encantaría entrar nuevamente a un salón y que al abrirse la puerta apareciera no el príncipe azul de los cuentos de hadas, si no El Profe Abdon Ortiz, vestido y peinado con elegancia frunciendo las cejas cuando algo no le agrada.
PD: Una Historia de la Moda Venezolana en los Ochentas contada por: Abdon Ortiz
En la avenida Urdaneta de Caracas había muchas tiendas de sastres, que si bien confeccionaban a la medida tenían una cantidad de trajes guindados en un tubo colocado en la parte de arriba, cuando te ibas a probar el traje para estar de punta en blanco pudiendo pagar lo que podías. Te los bajaban con un palo de escoba larguísimo que tenía un gancho, esos trajes no eran exclusivos y tenían un precio más económico, por lo que se les decían “LOS PINCHADITOS”
Por Carolyn Aldana
@venezuelacoolhunting